Imagine un lugar con un clima templado eterno, con 350 días de sol cada año, rodeado de un paisaje volcánico, absolutamente espectacular, desde su impresionante costa Atlántica, hasta las verdes cumbres de su bosque Patrimonio de la Humanidad. Imagine también, que se hospeda en un conjunto pequeño, íntimo, atendido por sus propios dueños, con una sensación de tranquilidad y remanso que inunda cada uno de sus rincones. Cierre sus ojos, y escuche el murmullo de las olas rompiendo a pocos metros de su habitación. Escuche también, debajo de su espesa y fresca sombra, el susurro de las numerosas palmas que le rodean. Cientos de aves también han escogido este lugar.
Afuera, un pequeño caserío de pescadores y agricultores, gente humilde de trabajo, dispuesta a escuchar y a ser escuchados. Con quienes podrá compartir su cocina, sus bailes, y sus costumbres…
Este lugar existe: se llama Punta Marina, y en él le estamos esperando.